sábado, 18 de enero de 2014

Entrevista radial sobre Jack el Destripador


Texto de la entrevista realizada en la radio on line española “Dreans en vivo” por la presentadora Sasha Valenciano Delgado y por el licenciado Martín Hernández a Gabriel Pombo (4 de febrero de 2013). Tema: Jack el Destripador.

Enlace de la audición y a biografía en wikipedia: http://www.ivoox.com/1x05-crimenycriminologo-audios-mp3_rf_1828214_1.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Gabriel_Pombo



Gabriel Pombo




Libros del autor sobre Jack el Destripador

P.- Creo que para empezar a hablar de Jack el Destripador, deberíamos situarnos tanto en el año, que es 1888, como en el lugar, que es Whitechapel. Si nos pudieras hablar del contexto histórico, Gabriel.

R.- Sin duda, sin situarnos en el contexto histórico sería muy difícil tener una idea sobre este personaje y las consecuencias de su nefasta actuación. Bueno, como bien dices tú: 1888; pleno gobierno de la reina Victoria. En plena época victoriana se verifica esta serie de asesinatos casi rituales que tuvo por característica fundamental que el homicida nunca fue capturado, lo cual generó una tremenda mitología y una leyenda fortísima respecto del mismo. Por lo tanto, es el caso más apasionante que registra la historia de la criminología. Y ello pese a que nuestro anterior siglo XX y éste presente siglo XXI, lamentablemente, nos están dando cada día más casos de asesinos seriales. Esto parece ser un fenómeno propio de la civilización contemporánea; un verdadero flagelo. Sin embargo, aun así el caso de Jack el Destripador sigue siendo mítico y emblemático.

P.- Si, a mí se me ha criticado en alguna ocasión por decir que no es un caso mítico y emblemático simplemente porque no fue capturado; porque podemos ver asesinos que han cometido más crímenes, o más brutales, pero han pasado sin pena ni gloria, por así decirlo.

R.- Lo que le da la aciaga fama a Jack el Destripador (y a la investigación, los libros y las obras teatrales que han girado en torno a su persona) no es, por supuesto, sólo el hecho de no haber sido atrapado, de ser un homicida anónimo; si bien eso le da un ingrediente fuerte a la mitología y al aspecto mediático que hay alrededor de él. Este victimario tuvo la “virtud” de que su caso dio origen, en parte, a la moderna criminología. A pocos años de cometidos estos crímenes (1888) hubo grandes avances criminológicos, como el sistema de las huellas dactilares creado tres años después. Cambió el método Bertillón, que era un sistema antropomórfico para tabular características de los delincuentes, el cual era arcaico y fue superado por nuevos métodos de investigación criminal. El de Jack fue un caso que permitió avanzar a la criminología de manera extraordinaria. No solamente estamos hablando de un criminal no capturado (porque no capturados ha habido muchos). No niego que el ingrediente de la no aprehensión haya ayudado a su mitología y a su carácter emblemático, pero no fue lo único ni mucho menos.

P.- ¿Es cierto que en la época en que vivimos Jack el Destripador hubiera sido detenido tras su primer o segundo crimen?

R.- Hubiera sido aprehendido de haber mantenido su modus operandi, que visto a la distancia nos parece tan grotesco. No olvidemos que se trataba de una persona que quería publicitar sus homicidios, al punto tal de que no se molestaba siquiera en ocultar los cuerpos de sus víctimas. Él mataba y cometía toda clase de tropelías. Se lo conoció como “el Destripador“ porque consumaba actos de disección y extraía órganos. Es fácil darse cuenta del desastre que causaba; y esto a la vista y paciencia de todo el mundo. Las pobres mujeres eran encontradas en las plazas y en las calles. Evidentemente, un asesino que hoy en día utilizara este mismo método de acción criminal fácilmente sería atrapado porque deja todo tipo de huellas. No sólo dactilares, pues tenemos también el ADN, por lo que sería sencillo capturarlo. Ahora bien, a mí se me plantea la duda de si hoy en día a él se lo podría detener. Yo no tengo dudas de que se trataba de un criminal extremadamente inteligente, por lo que si viviera en la actualidad cambiaría su modus operandi para eludir la captura. Si algo demostró es que no fue sólo la buena fortuna o la casualidad lo que lo mantuvo impune, sino una inteligencia perversamente superior.


"Las pobres mujeres eran encontradas en las plazas y en las calles"


P.- Hay una cosa que me llama la atención: ¿Fueron en verdad tantas sus víctimas, como se dice?

R.- A Jack el Destripador se le atribuyen cinco víctimas de segura autoría que los expertos califican de “canónicas”. Incluso algunos especialistas entienden que ni siquiera llegó a cometer cinco homicidios, por lo que descuentan a algunas de las mujeres que están en esa lista y bajan a cuatro o a tres la cantidad de asesinadas. Otros estiman que pudo haber consumado hasta once asesinatos. Una prevención válida es que en época concomitante, desde 1888 hasta 1891, se verificaron otros crímenes misteriosos y macabros en la zona del East End (este de Londres) en la cual está emplazado el distrito de Whitechapel donde se concretaron los homicidios. A este listado más extenso se lo conoce como ”Asesinatos de Whitechapel”. Pero no necesariamente todos los asesinatos; o mejor dicho: todas las “Muertes de Whitechapel” (no hay certeza de que siempre se tratase de homicidios, pues pudo haber algún suicidio) han sido consumados por este ejecutor. Es más: sólo poco más de los cinco homicidios canónicos, tal vez seis, siete u ocho de ellos, a lo sumo, habrían sido perpetrados por él; y aún esto es discutible.

P.- ¿Cuánto de ficción y de leyenda rodea a Jack el Destripador?

R.- De ficción hay una gran medida. Mi primer libro lo titulé “El monstruo de Londres. La leyenda de Jack el Destripador” haciendo hincapié en el aspecto mitológico, de leyenda, y de agregados que le fueron dando el tiempo, los libros, y las escenificaciones teatrales y cinematográficas que han habido sobre el tema. Los hechos conocidos son relativamente pocos. Mis dos libros al efecto los dividí en ocho capítulos, y solamente le dediqué el primer capítulo, de unas treinta o cuarenta páginas, a la descripción de lo que se conoce sin lugar a dudas. Si uno quiere hacer una obra sobre Jack el Destripador no queda más remedio que entrar a la materia mediática, la cual tiene múltiples aspectos; por ejemplo, el de los sospechosos. Hay decenas de sospechosos a ocupar la identidad de este homicida anónimo. Incluso esto ocurre con obras de no ficción de autores serios como Paul Begg o Stewart Evans. Me refiero a los llamados ripperologos, especialistas ingleses en la materia. Aún en estos libros, la descripción de los hechos indudables no llega sino al 10% de todo el volumen. El resto son hechos discutibles o, lisa y llanamente, fantasías y agregados periodísticos que, a lo largo del tiempo, se han ido sumando a esta historia.

Portadas de libros de los "ripperólogos" Paul Begg y Stewart Evans

P.- ¿Por qué sus víctimas eran prostitutas?

R.- Una teoría es que el culpable era lo que la criminología conoce como un asesino misionero. Creía que al eliminar a quienes él consideraba propagadoras del mal o de los vicios sociales cumplía con una misión sanadora. Se trataría de una especie de religioso frustrado que mataba prostitutas. Otra teoría, más simple y a la cual me adhiero, es que este asesino, pese a que poseía una inteligencia superior, tampoco era extraordinario, famoso, o un aristócrata, ni nada por el estilo (No creo que su condición social le permitiera acceder a mujeres aristocráticas, por ejemplo). El Destripador era un habitante de esa región paupérrima donde se consumaron los homicidios, y para llevar a cabo su psicopatía (su sed de sangre) no tenía otra opción sino matar prostitutas; de las cuales en Whitechapel, según un censo de la época, había entre 1.200 y 2000. Era más cómodo, para un psicópata que deseara saciar ese frenesí vesánico que lo embargaba, ultimar a las personas más vulnerables. La contestación a la pregunta de ¿por qué prostitutas?, en mi opinión, es que estás eran el tipo de mujer al cual le era más fácil y sencillo acceder a este criminal.

P.- ¿Nos podría hablar de las víctimas?

R.- Con mucho gusto. Comenzaré por las que se conocen como víctimas canónicas; o sea, aquellas que la mayoría de los expertos están de acuerdo en que fueron asesinadas por Jack el Destripador. La primera fue Mary Ann “Polly” Nichols cuyo cuerpo fue hallado en la madrugada del 31 de agosto de 1888 en una zona sórdida de Whitechapel llamada Buck Row que estaba al lado de un matadero de caballos, lo cual le brindaba un aspecto por demás lúgubre. Allí fue que el carretero Charles Cross, quien iba rumbo a su trabajo, detuvo el paso de su carretón tras ver lo pensó era una lona caída en medio de la calle. Creyendo que podía serle de utilidad bajó para levantarla. Cuando se acercó, vio que no se trataba de una lona sino de una mujer con sus ropas desarregladas, la cual estaba (por lo menos) desmayada, y quizás muerta. Este carretero se arrimó a tratar de auxiliarla y en ese momento otro trabajador, Robert Paul (conocido de Cross, pues ambos laboraban en el mercado de Spitalfields), también se aproximó. Allí Cross lo llama y le dice: “Ven ayúdame a levantar a esta mujer que parece estar borracha”
Cuando Paul se aproximó más, le respondió: “No esta borracha. Esta mujer está muerta”
Sin embargo, no se animaron a tratar de reanimarla ni fueron capaces de advertir la entidad de las mutilaciones que había sufrido Mary Ann Nichols. Posteriormente, ambos trabajadores huyen de allí y van a contarle (presa de gran susto) sobre su hallazgo al primer policía que encuentran, el cual es un agente de la Metropolitana de apellido Mizen. Luego volvieron a la escena del crimen, pero ya entonces otro policía, John Neil (a las 3,45, mientras realizaba su patrullaje de rutina) había descubierto el cadáver. Nichols era una prostituta de 43 años que vivía en un albergue de la calle Trawl, y que esa noche no había tenido más remedio que salir a la calle a ejercer la prostitución.
Cuatro veces se había ganado el dinero que costaba una cama, y las cuatro veces –según le comentó a una amiga- se había bebido el producto de su trabajo. Por lo tanto, el arrendador de la pensión en la cual se albergaba la echó, y le previno que no volviera hasta que no consiguiera los cuatro peniques. Esa cifra miserable era lo que valía el alojamiento en aquellas pensiones. Pero Polly no disponía de ese dinero, y tuvo que salir a la calle en busca de un nuevo cliente. La desgracia quiso que se topara con este asesino que inauguraba su serie mortuoria esa madrugada.

"Polly" Nichols: fotografía mortuoria

La segunda víctima fatal murió el 8 de septiembre de 1888. Se trató de Annie Chapman. Este crimen se cometió en Hanbury Street. Se trataba de una meretriz paupérrima que estaba en busca de clientes para obtener cuatro peniques a fin de pagar su cama.
Annie Chapman en la morgue

Ulteriormente se dio un suceso particular, pues en la madrugada del 30 de septiembre de aquel año se cometió un doble crimen. Es muy raro en criminología que un homicida elimine a dos víctimas en una misma secuencia.

P.- Mucha gente se pregunta si realmente fue Jack el Destripador quien actuó en ese doble evento.

R.- Esa es una de las grandes dudas que tiene este caso. En lo personal me inclino a pensar que Elizabeth Stride no fue víctima del criminal, y que su muerte se debió a violencia doméstica. Pocos días antes esta meretriz había reñido con su concubino, un irlandés belicoso llamado Michael Kidney. Existe la sospecha de que aquel hombre haya sido su verdadero asesino y sólo por una coincidencia (entre media hora y cuarenta y cinco minutos después) fue asesinada otra mujer, esta vez sin duda, por el cuchillo del feroz victimario.
Elizabeth Stride: única foto conocida

Liz Stride recibió su ataque mortal en Berner Street. A escasos metros del callejón donde fue encontrada esta mujer, con la garganta segada de izquierda a derecha, había un Club Educativo en donde se estaba llevando a cabo una alegre reunión política. Luego de este crimen, en el mismo distrito pero en la plaza Mitre, el agente Edward Watkins halló, en su ronda habitual, el cadáver mutilado horriblemente de la víctima canónica Catherine Eddowes. Pero el hecho de que sea posible excluir a Elizabeth Stride de la lista de víctimas tradicionales no quiere decir que la cantidad de victimadas fuera sólo de cuatro.
Catherine Eddowes: imagen de su mutilado cadáver

P.- ¿Por qué no hay certeza de que algunos crímenes fueran obra de este criminal?

R.- Le podrían haber pertenecido más asesinatos porque no siempre un modus operandi se mantiene en forma exacta, pues ese patrón de conducta no es un calco en todos los casos. No cabe vacilar que, excluyendo a Stride, las otras cuatro asesinadas fueron objeto de un patrón de operar especialísimo. A todas ellas les cortaron sus cuellos de izquierda a derecha y les extrajeron órganos. Se trató de una serie de actos que, sin discusión, fueron hechos por la mano del mismo agresor. Ahora bien, hubo homicidios posteriores que están dentro de los llamados “Asesinatos de Whitechapel”. Por ejemplo, el del 17 de julio de 1889 contra Alice McKenzie, prostituta de 40 años que no sufrió la extracción de órganos, pero sí mutilaciones en el área vaginal y abdominal; en lo que perfectamente pudo haber sido otra obra de Jack el Destripador.
Alice McKenzie: tal vez fuera una víctima de Jack the Ripper

Otro tanto sucedió casi dos años después, en febrero de 1891, con una prostituta que murió en Whitechapel llamada Frances Coles. Estos dos casos, si bien no registran todas las coincidencias que se dan en los crímenes canónicos, igualmente pudieron haber sido faenas del matador.
En lo personal creo que este criminal infirió más de los cinco homicidios que se le adjudicaron.

P.- Extraña el último asesinato, el de Mary Kelly por la joven edad de la víctima y por ser asesinada dentro de su habitación, y fue un ataque más feroz que los demás.

R.- Sí. Aquí se dio una característica especial pues no fue ultimada en las callejuelas de ese distrito sino en un sitio cerrado, en la habitación de una pensión llamada Miller´s Court, donde la mayoría de sus ocupantes se dedicaban a la prostitución. Ese también era el caso de Mary Jane Kelly cuya habitación –fatidicamente la número 13- la destinaba a tales menesteres. En la madrugada del 9 de noviembre de 1888 había salido afanosamente, una y otra vez, en busca de clientes para pagar su habitación, porque estaba sumamente atrasada en el abono de su renta. La chica necesitaba, para evitar el desahucio, obtener la mayor cantidad de dinero posible, y la desgracia quiso que el homicida se encontrara con ella esa noche. Este crimen fue distinto a los otros pero, personalmente, no tengo dudas que su autor fue Jack el Destripador. No creo que un copycat hubiera alcanzado ese grado de violencia extrema y monstruosa que provocó las mutilaciones sobre el cadáver de esa mujer. Sencillamente, la gran extensión de las heridas y el salvajismo que aquí se verificó se debió a que el Destripador dispuso de más tiempo, y pudo dar rienda suelta a ese frenesí psicopático y sanguinario que lo embriagaba.
El destrozado cuerpo de Mary Jane Kelly

P- ¿Han existido copycats de Jack el Destripador?

R.- En la historia del Destripador el asunto de los copycats no es de los que ha tenido más publicidad. Pero sí hubo, por lo menos, una situación donde se puede hablar de un copycat reconocido. Se trató de un joven de 22 años llamado William Wadell, que ultimó a su novia Jane Beadmoore. Este crimen no se produjo en el este de Londres. Tampoco se llevó a cabo en una zona muy privilegiada, aunque fue a bastante distancia del coto de caza de Jack; del terreno donde éste concretaba sus crímenes. William Wadell se tomó el macabro trabajo de mutilar el cadáver de su víctima (que lo había abandonado y a la cual él mató por despecho amoroso). El asesino intentó reconciliarse con la chica, pero ante el rechazo -según explicó a la policía- tuvo el impulso de matarla. Cuando se dio cuenta de que había consumado un crimen recordó que, desde hacía pocos días, en los periódicos se ventilaba la existencia de un asesino múltiple y se sabía de mujeres victimadas por la misma persona. El copió alguna de las características de lo que, según la prensa, eran actos típicos de aquel criminal. Pero copió mal. Y aquí está lo interesante: porque este crimen ocurrió una semana antes del doble evento del 30 de septiembre de 1888. El homicidio cometido por William Wadell fue entre la noche del 22 y la madrugada del 23 de septiembre de ese año. Pero cuando este copycat asesinó, las victimas del Destripador no habían aun padecido laceraciones faciales. El primer asesinato donde se desfiguró a una víctima aconteció recién una semana después de cuándo Wadell mató a su novia. ¿Qué había sucedido entonces? Ocurrió que la prensa sensacionalista trasmitió, en forma equivocada, la información de que el ejecutor sí practicaba mutilaciones faciales. Este era un dato erróneo, pero Wadell no lo sabía. Por eso, entre otras heridas que causó post mórtem a Jane Beadmoore, también le infirió esas laceraciones, creyendo que así imitaba al que por entonces era conocido como el “Asesino de Whitechapel”. No obstante, de poco le valió esa treta a este imitador porque dos meses después fue capturado, y pagó su culpa en la horca.


Jane Beadmoore: víctima de un copycat
vista en un dibujo contemporáneo

P.- Vemos aquí el papel que juega la prensa en estos temas…

R.- El gran papel de la prensa no es algo sólo de nuestros días. En la era victoriana hubo un momento de auge del periodismo sensacionalista. Sólo en Londres había unos 200 periódicos que disputaban para obtener la mayor cantidad de ventas posibles. ¿Y qué es lo que más se vende?: lo sangriento, lo exagerado, lo que sale totalmente de lo común. Esto dio lugar a que se propalara mucha información que estuvo lejos de ser cierta. Por ejemplo, el propio apodo de este criminal.

P.- Hay gente que piensa que el apodo lo puso la prensa, y otros que fue el propio asesino. Gabriel: ¿Qué opinas tú al respecto?

R.- Todo empezó con una carta, fechada al 25 de septiembre de 1888, dirigida al Jefe de Prensa de la Agencia Central de Noticias de Londres. En esa misiva, entre otras cosas muy mediáticas, el supuesto homicida comentó que en su próximo crimen le cortaría las orejas a su víctima y se las enviaría como broma a la policía; y terminó firmando “Atentamente suyo: Jack el Destripador”. Esa carta tan famosa está ahora en el Museo Negro de Londres, y es una de las más célebres de la historia del crimen; pero lo más probable es que sea falsa.


Imagen de la primera carta firmada con el seudónimo "Jack el Destripador"

P.- ¿Por qué Jack el Destripador no volvió a cometer homicidios después de matar a Mary Jane Kelly?

R.- Quizás sí haya cometido crímenes posteriores que no están establecidos, y no se integran dentro del listado tradicional. Jack el Destripador pudo seguir en el distrito y realizar otros homicidios aunque su modus operandi ya no fuera tan claro y, por lo tanto, estos nuevos óbitos no se le atribuyeran. Pero suponiendo que este terrible asesinato perpetrado el 9 de noviembre de 1888 fuese el último de la serie, las hipótesis para explicar por qué no siguió matando son varias.
Una de ellas es que falleció al poco tiempo. Otra hipótesis es que se incapacitó. Otra conjetura es que (como estamos ante alguien cuya psiquis se estaba deteriorando a pasos agigantados) terminó internado en un hospital psiquiátrico. También pudiera ser que consumara asesinatos posteriores pero ya no con tanta saña y violencia porque sufriera, quizás, una enfermedad que lo debilitase. Por ello ya no tendría esa robustez y fuerza que le permitió llevar a cabo sus matanzas más espeluznantes.

P.- Como se sabe, los asesinos seriales no se detienen, sino que siguen en un in crecendo en sus crímenes. ¿Qué sucedió en este caso?

R.- Es raro que se detengan. Pero sin embargo sí ha acontecido ello. Un caso reciente es el del asesino conocido como BTK, Denis Rader, quien interrumpió sus homicidios durante 19 años, y al cual prácticamente sólo lo detuvieron porque él mismo decidió concluir su carrera delictiva. Pero éste es un caso especialísimo. Lo normal y usual es que la psicopatía sea tan fuerte que el asesino serial no se pueda detener, y si interrumpe el ciclo de crímenes se deba a algunas de las hipótesis antes citadas. Como podrían expresar mejor que yo los excelentes criminólogos que ustedes tienen en España (por ejemplo, Vicente Garrido), el psicópata se diferencia del psicótico en que es perversamente racional e inteligente, y no muestra rasgos de no estar en sus cabales. En cambio el psicótico es alguien que sufre esquizofrenia, paranoia u otras enfermedades mentales que pueden irse agudizando. La criminología marca que hubo psicópatas que dieron el paso de convertirse en psicóticos y que, lisa y llanamente, enloquecieron. Este pudo haber sido el caso de Jack el Destripador. Pero, claro está, siempre estamos en el plano de las hipótesis.

P.- ¿Cuáles son los principales sospechosos de haber sido este asesino?

R.- Hay decenas de sospechosos y cada año se publican libros al efecto. Generalmente aquí los autores buscan su “cuarto de hora mediático”, y cuanto más fantasiosa sea la versión mejor es para los fines comerciales que animan a esas publicaciones.
Si hablamos de sospechosos mediáticos hasta se han hecho películas. Por ejemplo: “From Hell” (Desde el infierno), que fue el último filme importante que tuvo por tema a Jack, y donde trabajó Johnnie Deep en el papel del inspector Abberline. Aquí se lleva a cabo la versión que acusa al Dr. Gull, célebre médico de la casa imperial británica. Es una historieta muy menor pues el Dr. Gull, con toda seguridad, no fue el Destripador. Pero aquí tenemos todos los ingredientes del pintoresquismo de una teoría mediática, pues estamos hablando de una conspiración donde la Corona inglesa estaría involucrada para acallar a unas prostitutas.
Cartel publicitario del filme "From Hell"

P.- Muchas personas piensan que detrás de estos homicidios hubo un fin político…

R.- Descarto esto. Para mí el asesino no fue un personaje célebre, adinerado, ni extraordinario en absoluto. El tipo de sospechosos por los cuales me inclino tiene el perfil de individuos más grises y anodinos que personajes como el príncipe Albert Víctor, el Dr. William Gull o el pintor impresionista Walter Sickert. Yo excluyo a estos personajes tan connotados. Si bien Jack fue una persona con una inteligencia superior a la media considero que no poseía las ventajas sociales y económicas de las personas antes citadas. Probablemente fue un poblador de Whitechapel. Prueba de ello es que conocía al dedillo las callejuelas, los albergues y las plazas de la región. Su subsistencia dependía de ese conocimiento acabado de la geografía de ese distrito, por lo que probablemente viviera allí. Tal vez fuera una persona con algún ingreso y educación, pero no como los personajes extraordinarios ya mencionados.
Podría haber sido alguien con el perfil de James Kelly, el cual era un tapicero que contaba con algún dinero y que exhibió gran psicopatía, al punto de que mató (con el típico tajo de izquierda a derecha en el cuello) a su esposa luego de una disputa conyugal, cuando era muy joven. Fue detenido y condenado a muerte. Mostró suma astucia, pues engañó a los médicos haciéndose pasar por loco y así evitó su ejecución. A cambio de ello, lo enviaron al hospital psiquiátrico de Broadmoor, donde pocos años después se escapó con mucha habilidad. La fuga de él coincidió unos meses antes de la sucesión de crímenes del otoño de terror de 1888. En Discovery Channel se puede ver un informe muy interesante donde este hombre es acusado que ser Jack el Destripador. Se comprobó que estuvo en Norteamérica, y que hubieron homicidios similares en sitios donde podría haber residido. O sea, James Kelly es un sospechoso potable.
Fotografía de James Kelly anciano

Otro sospechoso plausible es el alemán Carl Feigenbaum, que era un itinerante dada su calidad de marino mercante. Cabe la posibilidad de que haya recalado en los lugares de los crímenes a bordo de un buque llamado Reiher. Hay una excelente investigación de Trevor Marriott que revisó archivos navales, y llegó a la conclusión de que este hombre pudo estar presente cuando ocurrieron los asesinatos. Feigenbaum fue ejecutado por el homicidio cometido contra su arrendadora. Se pensó que ese crimen era con fines de robo, pero tal vez buscaba saciar su apetito de sangre (tal cual dijera su abogado); sólo que no llegó a mutilar porque fue interrumpido por testigos y lo atraparon en el momento. El de este sujeto es otro perfil posible y creíble. Aunque yo no estoy afirmando que Kelly o Feigenbaum fuesen el Destripador.

P.- Dicen que este asesino hasta pudo haber sido una mujer, aunque esto lo descarto…

R.-Que el asesino fuera una mujer es un ejemplo prototípico de fantasía literaria. Y si la llevaran al cine sería una fantasía cinematográfica. Cuesta creer cómo se le da pábulo y trascendencia a nivel de internet, y se realizan grandes tiradas de libros, basándose en hipótesis tan descabelladas.

P.- Si el caso ya es enigmático de por sí, y encima le ponemos un asesino femenino, lo tenemos todo hecho…

R.-Todo indica que el criminal debió ser un hombre heterosexual, pues los victimarios homosexuales raramente atacan a mujeres. Pudo tratarse de un psicópata que quizás tuviera algún sesgo de asesino misionero o, simplemente, que matase para saciar su apetito sexual. No olvidemos que para que un homicida sea de tipo sexual no tiene necesariamente que haber penetración ni semen en los cadáveres. Para esta clase de psicópatas el uso del cuchillo reemplaza al pene y la visión de la sangre al coito, metafóricamente hablando. En lo personal, veo que se trataría de un homicida serial mixto, con rasgos propios de ambas categorías No se lo puede catalogar rígidamente como asesino en serie organizado o desorganizado. Es un caso extraño, en tanto denota pautas de ambas clases de homicida serial.

P.- Hay una cosa que me ha llamado la atención de tus libros, y es que dices que estos crímenes fueron beneficiosos para la sociedad de la época.

R.- Básicamente expongo el parecer de autores que así lo manifestaron. Whitechapel era considerada la zona más miserable de Londres, y allí había cerca de 2000 prostitutas que vivían de manera infrahumana. ¿Qué se logró de positivo con estos crímenes? Que los diarios pusieran el grito en cielo y las clases pudientes se enteraran de que había miseria en Londres. Este revuelo dio lugar a la creación de instituciones caritativas (algo así como ONG de la era victoriana) que aliviaron en parte aquellas terribles condiciones. Se destacó la obra de entidades como el Toybee Hall, encabezado por el reverendo Samuel Barnett y su esposa Henrietta. Se levantaron edificios con viviendas más habitables para los pobladores. Pero estas mejorías fueron sólo “para tapar el ojo”. Está comprobado que esas obras resultaron meros paliativos que no solucionaron los males sociales. Cuando el gran escritor norteamericano Jack London viajó al East End de Londres en 1902 recogió experiencias tremendas. Whitechapel estaba peor que en los tiempos del Destripador. Catorce años después de los crímenes el supuesto efecto benéfico de los asesinatos había desaparecido, por lo que todo fue más propagandístico que real. Los asesinatos nunca sirven para bien. Pero la criminología sí pudo avanzar gracias al fracaso de Scotland Yard en aprehender al responsable. Esto sirvió de acicate e hizo que, de alguna manera, se llevaran adelante progresos técnicos importantes en la lucha contra el crimen. Tal vez ello resultase lo más beneficioso, pues todas las otras mejorías señaladas fueron sólo aparenciales.

P.- Lo que queda patente es que el de Jack el Destripador es el caso más apasionante que registra la criminología mundial, y así va a seguir siéndolo…

R.-Va a seguir siéndolo porque el enigma va a perdurar. Es absolutamente imposible (ahora que han transcurrido 125 años) que se encuentren elementos que prueben quién fue el culpable. Precisamente, la incapacidad de la Policía para detenerlo hizo que su identidad se confunda en una bruma como la de las noches de Londres, por lo que este personaje va a continuar por siempre alimentando el misterio y la fantasía.

8 comentarios:

  1. Interesante entrevista , es indudable que este asesino serial conocido con el mote de "JACK EL DESTRIPADOR" era un individuo muy inteligente , con conocimientos de anatomía y buen manejo del cuchillo , con una personalidad enfermiza e incluso un desprecio no solo por la vida ,si no que un odio y desprecio por las mujeres , yun gran dominio del poder ,dado con la libertad y tranquilidad con la que perpetraba sus crímenes. Lo que no cabe duda es que seguirá dando trabajo a pluma de escritores e investigadores atra vez de los siglos

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  2. Excelente entrevista gabriel, con una sintesis muy completa del caso, muy bien llevada por el entrevistador. Se agradece que no temas dar tus puntos de vista particulares. Bien hecho. Saludos

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  3. Muy amables Mercedes y Halford por vuestros comentarios a este post, y por seguirme. Saludos cordiales a ambos.

    Gabriel

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  4. estimado doctor pombo: estoy con un grupo de musicos y cantantes liricas rosarinas armando una especie de opera prima o disco conceptual sobre jack el destripador,seria de gran ayuda si puedo constar con un poco de su conocimiento,en algunas cosas que estoy buscando,como la musica de la epoca y algunos datos mas,yo estoy escribiendo las letras,basandome en el punto de vista de las cinco victimas canonicas y no tratando de llegar a una hipotesis de quien es o fue el asesino,si no de elevarlo como leyenda,por ser el primer asesino en serie al traspasar los siglos, es dentro de el genero heavy metal y es una de las tantas historias que merecen un disco conceptual,espero no robarle su tiempo, contacteme si le interesa a :luis.dufour@hotmail.com o en facebook,ese es mi nombre y apellido,muchas gracias por su tiempo

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  5. ¡Una opera heavy sobre Jack the ripper! suena de lujo! suerte!

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  6. Un gusto Luís que te contactes con mi blog.
    Por cierto que estoy a tus órdenes para brindarte toda la información sobre el caso que pudiera serte de utilidad para la obra musical que mencionas. Sin perjuicio de que procuraré comunicarme contigo al mail que aquí me proporcionas, te comento que puedes escribirme a mi correo electrónico: gabpombo@gmail.com
    Que pases bien.
    Gabriel

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  7. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  8. Más que jugosa entrevista Gabriel. Quería agradecerte tus palabras y visita en la entrada de mi blog (donde también te he agradecido) donde escribí sobre la ruta del destripador en Londres. Saludos y gracias de nuevo!

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Gracias por comunicarse con Gabriel Pombo.