Agentes policiales desenterrando macabros hallazgos
Mutilado cadáver femenino de una anónima víctima del descuartizador
El médico Frank Sweeney fue el principal sospechoso.
Fotografía de abajo:
El célebre Elliot Ness, que persiguió sin éxito al sanguinario psicópata

Un tenebroso asesino en serie aterrorizó a la población de los barrios bajos de Cleveland, estado de Ohio, Estados Unidos, durante la década del treinta en el pasado siglo. Los periódicos lo calificaron con el seudónimo de "El descuartizador de Cleveland", en atención a la zona donde cometía sus agresiones, y debido al desmembramiento que infligía sobre los organismos de sus víctimas. Más sencillamente se lo conoció como "Torso" a causa de la extraña y cruel manía que manifestaba, a saber: de los cadáveres sólo aparecían los torsos, pues a todos ellos les habían aserrado cuidadosamente sus miembros y, además, aparecían decapitados.
Los crímenes de Cleveland comenzaron en el año 1934 y el descuartizador jamás fue capturado. Su perfil concuerda con el de un sádico. Los periódicos también tildaron a este implacable psicópata "El loco carnicero de Kinsbury Rum", y entre los meses de septiembre de 1934 y agosto de 1938 asesinó a una docena de hombres y mujeres, en su mayor parte prostitutas y vagabundos. Decapitaba a las víctimas, y en seis casos la cabeza nunca fue encontrada. En dos ocasiones mató a dos personas a la vez, desmembrando los cuerpos.
Elliot Ness, el célebre Policía vencedor del hampa de Chicago, llegó a ocupar el cargo de Director de Seguridad Pública de Cleveland desde 1935, luego de alcanzar notoriedad gracias a sus brillantes triunfos contra la delincuencia organizada. En declaraciones formuladas a la prensa el jerarca expuso su parecer de que el criminal debía ser un hombre alto y fuerte que poseía un coche y, probablemente, era propietario de una casa donde podía tozar y disponer de los cadáveres sin ser molestado.
Las investigaciones practicadas revelaron la existencia de un sujeto cuyas características se ajustaban a dicha descripción. Desde los años de la denominada "Gran Depresión Norteamericana" la localidad de Kinsbury Rum próxima al río en Cleveland se nutrió de abundante cantidad de vagabundos y desocupados que hallaban allí un precario refugio. Esta población iba en aumento al estar en ruta de paso de los ferrocarriles, en cuyas estaciones descendían en número creciente pasajeros desalojados de las grandes ciudades.
El 5 de septiembre de 1934 fue encontrado el que se llamó "Torso Playero", o sea, un cadáver de mujer decapitado con muñones cercenados a la altura de las rodillas. Nunca fueron rescatados ni la cabeza ni los brazos. la autopsia sugirió que el cuerpo había sido conservado durante un tiempo en cal. También se motejó a estos restos humanos con el sobrenombre de "La dama del lago".
Precisamente un año más tarde, en septiembre de 1935, dos adolescentes se toparon con un segundo cadáver al fondo de una pendiente conocida como "La colina del asno". Se trataba del cuerpo desnudo -excepto por unos calcetines negros que enfundaban los muñones de las piernas- de un varón caucásico cuyas piernas estaban estiradas y sus brazos yacían a los costados. Lo habían decapitado, sus extremidades estaban cercenadas y los genitales arrancados.
Al revisar el área los policías detectaron otro cadáver mutilado de igual manera, pero en peor estado, que mostraba marcas en las muñecas, en indicio de haber sido atado antes de fallecer. Otra señal, más terrible todavía, era que los músculos del cuello estaban retractados, lo que significaba que el hombre se hallaba vivo y consciente cuando lo decapitaron. El cercenamiento fue producto de una sucesión de violentos golpes asestados con un cuchillo en extremo filoso.
Dos meses después de arreciar esta ola de crímenes se designó a Elliot Ness para el puesto de Investigador Principal de la Oficina de Seguridad Pública de Cleveland. En aquel cargo emprendió una decidida campaña para limpiar la corrupción en la policía y en los cuerpos de bomberos locales, y atacar al juego clandestino. A partir del hallazgo del cuarto cuerpo despedazado el jerarca se involucró de lleno en la labor. Se ofreció una recompensa de un millón de dólares a quienes aportaran datos aptos para capturar al homicida, suma sideral por ese entonces.
El ulterior cadáver desmembrado pertenecía al sexo femenino y apareció dentro de una cesta. Uno de los muslos iba envuelto en papel de un periódico editado el día anterior y faltaban partes del cuerpo, incluida la cabeza. La testa de otra víctima fue descubierta por dos niños de color que paseaban por Kingbury Rum, y estaba oculta dentro de la tela de dos pantalones cortados. Al siguiente día se localizó el resto del cuerpo a unos quinientos metros de distancia. Se identificó al occiso como un varón joven, alto, de aproximadamente veinte años y con varios tatuajes. Lo habían decapitado mientras aún vivía.
El público estaba aterrorizado. La ausencia de miembros tornaba imposible la individualización al no existir huellas dactilares ni registros dentales para cotejar. Otra curiosidad del asunto radicó en las cartas remitidas presuntamente por el asesino, las cuales se consideró que provenían de bromistas de mal gusto.
El 22 de julio de 1936 una joven de diecisiete años halló otro cadáver desnudo y cercenado que había sido arrojado a un barranco. Cerca de allí se ubicó ropa barata, indicio de que el muerto era un pordiosero que podía estar residiendo provisoriamente en uno de los míseros campamentos afincados en ese lugar. Algunos borrachos y vagabundos describieron a un hombre sospechosos y, en base a estos relatos, se trazó un retrato robot.
El 10 de septiembre de ese año un menesteroso literalmente se tropezó con un torso humano al cual le faltaban la cabeza y los brazos. Los restos habían sido lavados en una cloaca. Según determinó la autopsia, el desmembrado difunto apenas llevaba cinco horas muerto.
En total, al atroz verdugo se le atribuyeron doce homicidios de mujeres y hombres, y sólo dos víctimas resultaron identificadas. Hubo varios sospechosos, aunque ninguno de ellos fue enjuiciado. La infructuosa búsqueda duró diez años y los últimos cadáveres aparecieron en 1938. Se especuló por el Juez del condado, Samuel Gerber, que el matador era un médico, o disponía de conocimientos clínicos sobre disección, y que drogaba a sus presas antes de ultimarlas.
Elliot Ness devino muy criticado por usar tácticas propias de "Los Intocables". Ordenó prender fuego a un asentamiento de desocupados emplazado en la zona. Ardieron bodegas y casas de madera en Kinsbury Rum durante una noche en la cual la policía arrestó a los lugareños. Esta acción despertó indignación popular, y se dijo que sus métodos brutales delataban frustración ante el fracaso. Más de sesenta sujetos fueron detenidos en esa ocasión, aunque finalmente todos tuvieron que ser dejados en libertad por ausencia de pruebas.
Se apresó, poco tiempo más tarde, a un cirujano que padecía desórdenes mentales llamado Frank Sweeney, e incluso lo habrían sometido a torturas, pero no mediaban pruebas eficaces de que fuera el asesino. Los crímenes cesaron cuando el acosado médico se internó por su cuenta en un hospital psiquiátrico. Algunos pensaron que el auténtico criminal aprovechó la oportunidad buscando que se culpase a este hombre en su lugar.
El afamado jerarca policial dimitió en 1942 e, insólitamente, se volvió adicto al alcohol pese a haber sido enemigo acérrimo de los traficantes de whisky durante los años de la depresión. Incluso sufrió un accidente de automóvil mientras conducía en estado etílico. Una década más tarde, el ex jefe recibió en su domicilio tarjetas postales enviadas por el presunto culpable, donde éste se burlaba y amenazaba con reiniciar la retahíla sangrienta.
El casi mítico Elliot Ness falleció el 16 de mayo de 1957, siendo el caso del Asesino del Torso el único que no logró resolver en su larga y destacada carrera en la lucha contra el crimen.

Portada del libro HISTORIAS DE ASESINOS. Texto extraído de dicha obra, pags. 91 a 98.



Dos posts excelentes gabriel, casos tan célebres como el de ripper, en particular el caso del asesino del Torso que es bastante enigmático al ser un caso no resuelto, y por el modus operandi del asesino.
ResponderEliminarCabe comentar que estaba en proyecto el rodarse una película acerca del asesino por el director David Fincher, que visto lo logrado con Zodiac; prometería bastante, con Matt Damon en el papel de Eliott Ness.
Tal vez el caso del asesino del Torso, junto con el monstruo de florencia, zodiaco y el destripador son los mas grandes enigmas sin resolver de los asesinos seriales.
Otro caso mucho menos conocido seria el "original nightstalker" pero igual de sustancioso.
Buena labor, punto aparte es la mejora en el diseño del blogg, una interfaz mucho mas atractiva. Felicitaciones.
Una pregunta: ¿Ya leiste el "monstruo de florencia", de Preston y Spezi?
Saludos, seguimos al pendiente.
Hola Halford.
ResponderEliminarMuy amable por comunicarte. Sobre la película basada en el Asesino del Torso, con la interpretación de Matt Damon en el rol de Ness, aguardo con gran expectativa su estreno, y vaya que no me la perderé.
Con respecto del libro de Douglas Preston y Mario Speci sobre "El Monstruo de Florencia", te digo que efectivamente lo leí.
Sin ser un libro de mala calidad te comento que en lo personal me dejo gusto a poco Esperaba bastante más emoción y contenido por parte de una historia tan macabra y atractiva como ésta.
Los autores se pierden en argumentaciones y narraciones demasiado personales, desaprovechando una historia interesantísima. Critican mucho (tal vez con razón, pero ese no es el caso) a jueces y policías italianos que actuaron en la investigación y que, según el parecer de los escritores, desvirtuaron las pesquisas. A su vez, el periodista Mario Speci resultó acusado y enjuiciado (aunque pronto fue sobreseido) bajo el cargo de haber sido él mismo el Monstruo o, al menos, de integrar la banda de quienes habrían cometido esos crímenes adjudicados a un sólo sujeto. En fin: es sólo una opinión, pero el libro no llegó a atraparme.
En lo que sin duda coincido contigo es en que los casos criminales de Jack the Ripper, Zodiac Killer, Torso y el del Monstruo de Florencia constituyen los enigmas sin resolver más impresionantes de nuestra era en materia de asesinatos en serie.
Otro enorme enigma, aunque no fue obra (que se sepa) de un asesino serial, lo conformó asimismo el espantoso homicidio de Elizabeth Short "La Dalia Negra", ocurrido en Norteamérica en el año 1947. Saludos cordiales.
Gabriel
Hola Gabriel. Tienes razón en lo que comentas del libro, aunque tengo que decir que a mi me gustó bastante, pero efectivamente un 50% vá sobre la investigación de Giuttari y sus poco razonables premisas acerca de las conspiraciones y ritos demoniacos; aunque tal vez se entiende que sea así, dado lo que pasaron los autores, y es que estar en la mira del aparato judicial no es cualquier cosa,en cierta manera es un mecanismo de defensa, hay que recordar que el proceso contra Preston oficialmente no se ha cerrado y que aunque Spezi ya no podria ser juzgado, no creo que se sienta del todo tranquilo.
ResponderEliminarAdemás, hay que recordar que la version primaria del libro la utilizaron un poco a modo de prueba de descargo, al publicarlo casi desesperadamente enmedio del juicio de Spezi, y por otro lado, las teorias conspirativas de Giuttari, la teoria Sarda y la conexión con el monstruo son bastante complejas. Si bien se pudieron haber enfocado un poco mas en la serie de homicidios en sí, e incluso desarrollar el de las prostitutas que ocurrieron en paralelo al caso y que no se descarta pudieran ser obra del monstruo creo que el libro deja claro al menos la complicadísima trama de la investigación oficial.
Por cierto... tambien este caso se llevará al cine en breve, con este libro como base y con George Clooney como Preston, habrá que ver que tal queda.
Acerca del caso del "merodeador nocturno original", te dejo el siguiente enlace, es un caso bastante interesante aunque como te decía, a comparación de los otros; poco conocido.
http://www.ear-ons.com/crimes.html
Se trata de un caso singular entre los serial killers, un violador en serie que despues de mas de cuarenta ataques, cambia el patrón y empieza a asesinar tanto a sus víctimas como sus parejas (atacaba a las parejas en su casa, primero inmovilizando al hombre,para que fuera testigo de la violación, luego abusando de la mujer y posteriormente el asesinato. Posteriormente se enfocó solo en el asesinato , incluso de hombres solos, se le atribuyen 50 ataques sexuales y al menos 10 homicidios entre 1976 y 1986.
Saludos, seguimos al pendiente.
y se me pasaba, el caso de la dalia negra, efectivamente tambien es mítico, aparte existe la teoria de que si pudo haber sido obra de un asesino en serie si se atiende al Dr George Hodel como el probable asesino.
ResponderEliminarsaludos de nuevo.
Muy gentil Halford por la información que me trasmites sobre el caso criminal (poco conocido) del "merodeador nocturno original" y por tus aportes siempre valiosos. Quedo a tus gratas órdenes.
ResponderEliminarLa escalofriante historia del Asesino del Torso de Cleveland, que mató y desmembró al menos a doce hombres y mujeres entre 1934 y 1938, es una de las más intrigantes de la criminología mundial. El enigma que rodea a la identidad de ese criminal (o grupo de criminales) ha sido objeto de numerosas conjeturas y teorías.
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