JACK EL DESTRIPADOR BAJO LA LUPA DE UNA GRAFOLOGA:
EL DETALLADO ESTUDIO DE MONICA LAURA ARRA:

La doctora en medicina y grafóloga Mónica Laura Arra

Portada de la interesante y pionera investigación

Dibujo del Inspector de Scotland Yard
Frederick George Abberline

Otra imagen supuesta del Inspector Abberline
En el año 2010 vio la luz pública en Argentina, en edición a cargo de la editorial fps de Ruben Spaggiari (ISBN 978-987-26318-0-2) el libro "Jack, en Scotland Yard" , investigación criminológica escrita por Mónica Laura Arra.
A su vez, en el año 2012 salió publicada, por cuenta de Ediciones Dos y Una (Buenos Aires, Argentina),una nueva edición de igual texto bajo el sencillo título de "Jack el Destripador".
Mónica Laura Arra, es una médica y grafóloga de extensa y prestigiosa trayectoria académica. Desde la solapa del citado libro se nos informa que la autora es médica recibida en la Universidad de La Plata, especialista en Psiquiatría y Psicología Médica, e integrante en tal carácter del Colegio de Médicos de la Provincia de Buenos Aires. También resulta especialista en Medicina Legal, y perita grafóloga.
Fuera de esta reseña profesional, debe añadirse que se trata de una entusiasta de los misterios y, en particular, de uno de los más grandes arcanos de la criminología mundial: El enigma sobre cuál fue la identidad del infame asesino serial victoriano Jack el Destripador.
En un valioso esfuerzo Arra intentará develar la antigua incógnita desde las páginas de su libro. Su trabajo, no cabe vacilar, resultó pionero; no por ser la primera autora en procurar desentrañar la identidad de ese homicida en serie mediante la aplicación de disciplinas científicas, sino debido al sospechoso que postula para ocupar el sitial del Ripper, a saber: El Inspector Detective de la Policía Metropolitana Frederick George Abberline.
No puede dejar de destacarse este hecho -que podrá sonar raro al lector-.
Mónica Laura Arra, sin duda alguna, fue la primera en proponer al aludido Policía victoriano para el cargo del asesino a quien el mismo formalmente persiguió. Un libro con contenido casi idéntico (sospechosamente idéntico) vio la luz pública en su primera edición recién en el mes de julio de 2011. Se trató de una indagatoria a cargo del perito español José Luís Abad y Benitez. Esa obra gozó -a diferencia del trabajo de Arra- de una muy intensa difusión mediática en Internet, con declaraciones rimbombantes en diversos medios de prensa,obteniendo de ese modo su virtual "cuarto de hora de fama".
Página interior de la primera edición
del libro de Arra consignando que se editó en 2010
(clickear sobre la imagen para agrandar)
Página interior del libro de Abad relacionando
que la primera edición data de julio 2011 (clickear sobre la imagen para agrandar)
Portadas de las primeras ediciones de los libros
de Arra y Abad sobre el mismo tema
La fotografía de este artículo periodístico se reproduce
en un blog de Abad pretendiendo que ya antes de 2010
anunció su teoría de que Abberline era Jack.
Pero basta con ampliar y leer la nota para advertir
que allí nada se dice al efecto
Sin embargo, la obra que aquí comentamos resulta claramente anterior en el tiempo, pese a que en el libro del grafólogo español no se hace ninguna referencia a ella. Parece obvio que las posibilidades de que estemos frente a una coincidencia devienen casi imposibles. En fin: extraiga el lector sus propias conclusiones.
Quienes siguen en este blog saben que no estoy de acuerdo con la hipótesis de que el Inspector Frederick George Abberline hubiese sido Jack the Ripper. No voy a cambiar ahora mi postura. Pero igualmente considero que, como estudioso de este caso criminal, no me debo abstener de tratar -humildemente- de contribuir desde aquí a que se haga algo de justicia, y de que se repare a la autora que realmente trabajó. Esta investigación pionera quedó casi en el anonimato sólo porque la escritora no movilizó recursos mediáticos, a diferencia de los muchos medios que de sobra utilizó el autor del segundo libro de tenor prácticamente igual.
Ingresando a la investigación de Arra, debe ponderarse que la escritora dedica un meticuloso análisis grafológico al diario privado del célebre inspector, y lo coteja con variados manuscritos atribuidos a Jack the Ripper. Entre ellos, la carta conocida por su encabezado "Querido Jefe" y la misiva "Desde el Infierno" enviada el 16 de octubre de 1888 a George Akin Lusk, Presidente del Comité de Vigilancia de Whitechapel. También se aporta información muy interesante sobre el Inspector Abberline, destacándose las rarezas y fobias del Policía, así como lo escaso y contradictorio de los datos que se saben acerca de su vida.
Pero el punto más llamativo está dado por el énfasis que la autora le otorga a determinadas cartas -que fueron escasamente analizadas por otros expertos- dentro del fárrago de correspondencia atribuido al victimario serial de Whitechapel. Se trata de aquellas misivas donde el redactor sugiere ser integrante de las fuerzas del orden. En más de una carta el emisor se jacta de ser policía, y alega que precisamente debido a esa investidura era imposible atraparlo.
Entre tales letras resalta una remitida el 6 de octubre de 1888 amenazando al testigo Israel Schwartz -que sorprendió al homicida momentos previos a que ultimase a Liz Stride-. Algunas referencias convierten a esa epístola en un documento sumamente extraño, pues al parecer tan sólo un miembro de las fuerzas del orden podía disponer de la información que allí se maneja. Tal vez fuera Frederick George Abberline el policía felón.
No olvidemos que a pesar de que la opinión que en general se tiene sobre este detective deviene muy positiva, al punto de que incluso filmes como "From Hell" (2001)- donde es encarnado por Johnny Depp- lo representan como un héroe, tal vez en verdad el hombre tuviera su lado oscuro.
No resulta novedoso recelar de Abberline. Lo esencial, no obstante, radica en que las suspicacias anteriores al libro de Arra no postulaban que el Inspector en verdad constituyese el asesino al cual persiguió. Más modestamente, esas versiones acusaban al detective de complicidad en los crímenes del otoño de terror de 1888. Más aún, ni siquiera lo indicaban como cómplice, sino simplemente lo acusaban de dejarse sobornar y de no denunciar al culpable por haberse dejado tentar y aceptar una fuerte suma de dinero a cambio de su silencio.
Fungiendo en este triste rol lo muestran, alternativamente, el fallecido escritor Stephen Knigth, en su "Jack the Ripper. The final solution" de 1976, y el genial Alan Moore en su From Hell; obra gráfica concluida en 1996 que fue precursora de la película homónima ya mencionada.

aun así, suena descabellada la teoria, pero vale la pena darle una lectura, las cartas son tal diferentes entre si en el aspecto grafologico que me parece temerario una afirmacion tan contundente de parte de la Dra, y lo mismo que con Sickert, el que hubiera escrito algunas cartas no lo convierte en el asesino, para señalarlo como culpable a el o cualquiera hace falta mucho más. Saludos gabriel y gracias por las actualizaciones.
ResponderEliminarEl mérito que veo en la labor de la Dra Arra incluye el hecho de que fue pionera en sus ideas y que hizo un trabajo meticuloso y a consciencia. Lamentablemente fue plagiada por José Luís Abad quien se llevó los laureles -y el dinero- con una publicación editada un año después. El primer ejemplar de la Dra Arra data de 2010 y el del grafólogo español se publicó en el siguiente año de 2011.
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ResponderEliminarHola Halford.
EliminarTe agradezco mucho tu participación, como siempre resulta para mi un gusto que sigas mi blog
Sería interesante desglosar las fobias y rarezas del inspector Abberline
ResponderEliminarSería interesante desglosar las fobias y rarezas del inspector Abberline
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