LA CORRESPONDENCIA ATRIBUIDA A JACK EL DESTRIPADOR
Constituye tema de discusión determinar si el verdadero criminal victoriano escribió algunas de las muchas misivas que llegaron, por esa época, a manos de la policía. En la hipótesis de que el ejecutor hubiese tenido la osadía y el cinismo de redactar cartas jactándose de sus sórdidas hazañas aun queda por establecer cuáles de ellas en verdad le pertenecieron, separándolas de las muchas que fueron fabricación de bromistas ociosos o (como más adelante veremos) de periodistas.
De los casi doscientos mensajes vinculados al asunto, que se conservan en los archivos públicos de Londres, sólo una ínfima minoría merece que se les preste atención. Una de las pocas cartas a la cual se estimó, por algunos expertos, como de posible autoría del Destripador es la arribada el 16 de octubre de 1888 al domicilio de George Akin Lusk, Presidente del Comité de Vigilancia de Whitechapel.
Menudo sobresalto sufrió el buen Mr. Lusk cuando, al abrir la caja de cartón, vio que ella contenía la mitad de un riñón humano empapado en alcohol. Junto con el horrible obsequio iba un recado trazado con letra irregular, tosca, y plagada de errores gramaticales -que en esta transcripción se obvían- cuyo texto apuntaba: "...Desde el infierno. Mr. Lusk. Señor. Le envío la mitad de un riñón que saqué a una mujer, lo guardé para usted, la otra parte la freí y me la comí, estaba muy buena. Puedo mandarle el cuchillo ensangrentado con el que lo saqué sólo si espera un poco. Firmado: Atrápeme si puede. Mister Lusk..."
Arriba a la izquierda: La célebre y tétrica misiva con el encabezado "From Hell" (Desde el Infierno), la carta con más posibilidades de ser auténtica creación del asesino.
Arriba: George Akin Lusk, Presidente del Comité de Vigilancia de Whichapel, receptor de la macabra broma.
Si bien el receptor de tan desagradable regalo tendió a restarle importancia, y consideró que se trataba de una broma maliciosa, sus compañeros del Comité lo persuadieron de que formulara la denuncia policial. A su vez, la caja con el medio riñón fue llevada para su estudio a médicos patólogos que determinaron el carácter humano del órgano en examen, y señalaron que pertenecía a una mujer de cuarenta años o más, afectada por la enfermedad de Bright, una especie de nefritis aguda muy común en los alcohólicos.
Se especuló que el órgano podía corresponder a la víctima Catherine Eddowes, la prostituta alcohólica que resultó mutilada durante la madrugada del 30 de setiembre de 1888 en la Plaza Mitre.
Trancurrieron varias décadas desde que esos anónimos inundaron Londres.
Trancurrieron varias décadas desde que esos anónimos inundaron Londres. Fotografía de FREDERICK BEST el periodista que reconoció haber fabricado cartas apócrifas a nombre de Jack the Ripper.
La primera ocasión en que un ex periodista se habría incriminado admitiendo ser el emisor de misivas enviadas (a las autoridades y a los medios de comunicación) bajo el seudónimo Jack the Ripper, se registró en un relato publicado por la revista Crime and Detection en agosto de 1966.
En dicho artículo, el profesor y grafólogo Francis Camps cuenta cómo fue que conoció a un antiguo reportero del diario Star.
Este último le refirió que, durante el tiempo de los asesinatos de Whitechapel, él en colaboración con un colega de provincias, fue el responsable de elaborar todas las cartas del "Destripador", y que lo hizo motivado por el afán de "mantener con vida el negocio" de la venta de periódicos, notablemente incrementado por entonces merced al sensacionalismo generado por aquella ola de crímenes.
Añadió que, para concretar el plagio, se valió de una pluma marca Waverley Nib, la cual fue deliberadamente estropeada a fin de que su trazo diese la impresión de que las epístolas eran obra de un sujeto semi analfabeto
Hoy día, sin embargo, se duda de la versión proporcionada por Frederick Best, pues se da por descontado que la mayoría de los mensajes se debieron a ciudadanos impelidos por los más diversos intereses (no necesariamente periodistas).
La epístola que dio comienzo a la escalada de comuncados, y que hizo público el apodo Jack the Ripper, se supone que arribó el 27 de setiembre de 1888 (iba fechada al 25 de setiembre) a la Agencia Central de Noticias de Londres. Esa misiva fue la primera firmada con el famoso mote.
Se especula fuertemente que el texto fue redactado, no por el referido Best sino por el reportero Thomas Bulling (con la anuencia de su jefe de prensa, John Moore).
Este último periodista trabajaba para la aludida agencia noticiosa, y fue el encargado de remitirla personalmente a Scotland Yard el 29 de setiembre de aquel año, un día antes del doble crimen de Jack el Destripador.
Este aspecto del caso de Jack the ripper es muy interesante, sin duda si fue Thomas Bulling quien se inventó el nombre de guerra de jack, dió en el clavo en forma perfecta, la mayoria de los investigadores no creen que el propio jack haya firmado esta carta, y la única que se podria considerar tal vez autentica ( la que acompañaba un riñón) no esta firmada con dicho apodo, al respecto es sumanete interesante el libro de skinner y Evans, saludos, Pombo, siempre estaremos al pendiente del blogg.
ResponderEliminarAmigo Halford
ResponderEliminarGracias por tu amable comentario y por el interés que muestras al seguir mi blog.
Gabriel Pombo