miércoles, 1 de enero de 2020

¿Existió realmente el asesinato de una prostituta en Montrouge en 1886?

EL BRUTAL ASESINATO DE UNA PROSTITUTA QUE PUDO SER UN INVENTO
            Sarah Pinborough, autora de "Mayhem" ("El segundo asesino" en su edición hispana)
 


Sarah Pinborough publicó en el año 2012 su novela "Mayhem" ("Mutilación"), que fue el primero de sus dos tomos dedicados al caso del "Descuartizador del Támesis", con el histórico doctor Thomas Bond como protagonista. En su edición en español llamada "El segundo asesino" (diciembre de 2013, Colmena ediciones) la obra contó con una portada ilustrada por el artista gráfico uruguayo Alejandro Colucci.
En su capítulo 1, cuyo subtítulo es "París. Noviembre de 1886", nos encontramos ante un narrador omnisciente. La voz narrativa pasa a través de la mente de una anónima prostituta francesa quien nos transmite su encuentro callejero, durante una desapacible y fría noche, en la localidad francesa de Montrouge, con un potencial cliente al que se describe como un caballero inglés. La mujer iba bastante ebria y recuerda que él, cuando un rato antes la había abordado, además de pagarle por adelantado se había mostrado muy amable y locuaz pero ahora, al quedar a solas y caminar junto a ella rumbo al sitio adónde tendrán intimidad, parece sumido en su mundo interior.  La meretriz atribuye el mutismo de su acompañante a que este podría sentirse culpable de engañar a su hipotética esposa. Se deja conducir por el silencioso cliente hasta un pequeño taller artesanal (y no a una casa de huéspedes como ella imaginaba), detalle que le llama la atención pero no la inquieta ni la asusta. Una vez dentro la fémina advierte la suciedad del lugar, lo cual la decepciona sin llegar a incomodarla. Tras el previsible magreo inicial él comienza a tornarse violento y a exhibir una conducta muy extraña. Por fin la mujer comienza a desesperarse al darse cuenta de que su cliente en realidad es un peligroso demente. La escritora inglesa no nos describe el inminente asesinato, y la escena se interrumpe dando paso a un conciso relato de lo que sucedió al día siguiente en el pueblo de Montrouge: "...la policía ya estaba examinando los restos humanos dejados de manera cruel -y sacrílega- sobre las escaleras de la iglesia...El torso -la cabeza, el brazo derecho y ambas piernas habían desaparecido- pertenecía a una mujer joven. Tenía un pecho brutalmente cercenado, pero por lo que quedaba de la víctima, era evidente que se trataba de una mujer...Al cabo de unos días, cuando examinaron el torso con más detalle, descubrieron que a la mujer, presuntamente una prostituta local desaparecida, también le faltaba el útero..." (El segundo asesino, página 18).
       Que un día de noviembre de 1886 en dicha localidad gala se perpetró un homicidio tan atroz resulta un hecho reproducido como veraz en internet.
Al efecto en el sitio web https://es.mydailyselfmotivation.com/   bajo el rótulo de

"Los 10 principales misterios de asesinatos internacionales de hace un siglo", se hace constar: "Saint-Pierre-de-Montrouge es una pequeña iglesia en París construida a mediados del siglo XIX. Durante la mayor parte de su historia, ha sido un lugar de consuelo. Este no fue el caso, sin embargo, en una mañana de noviembre de 1886, cuando los locales descubrieron el cuerpo mutilado de una mujer tirada en el umbral de la iglesia. Al cadáver destrozado le faltaban la cabeza, las piernas y la mano derecha. También le extirparon el útero y le cortaron el seno derecho. La víctima nunca fue identificada, aunque la policía sabía que era una mujer joven, muy probablemente una prostituta. Dejando de lado la brutalidad, lo que hizo que este asesinato fuera realmente notable fue la similitud con una serie de asesinatos que azotaron a Londres unos años más tarde. Entre 1887 y 1889, cuatro mujeres fueron asesinadas y mutiladas, con sus torsos y otros restos arrojados alrededor de la ciudad, principalmente en el Támesis.Muchos aficionados a la delincuencia moderna han vinculado estos asesinatos, dando lugar a especulaciones de que el asesinato de Montrouge fue cometido por la misma persona. Al mismo tiempo, algunos ripperólogos creen que Jack el Destripador fue el responsable de los asesinatos del torso del Támesis. Siguiendo esta línea de pensamiento, el torso dejado en la iglesia de Montrouge podría haber sido la primera víctima conocida de Jack...".

Pero: ¿es cierta esta versión?

Lo primero a aclarar es que Sarah Pinborough admite en los agradecimientos de su obra haber utilizado por fuente de su novela y, claro está, de su capítulo inicial antes resumido, a la investigación del ensayista Michael Gordon, autor de "The Thames Torso Murders of Victorian London" (Editorial McFarland, Carolina del Norte, Estados Unidos, 2002), en tanto allí expresa: "...No habría podido escribir este libro sin el esfuerzo de muchas personas. Mi libro de referencia ha sido The Thames Torso Murders of Victorian London (McFarlane, 2002), y si algún día tengo el placer de conocerle, debería deshacerme en alabanzas..." 
Michael Gordon, el estudioso en que se fundamentó la novelista, en las páginas 14 a 16 de  la antes citada obra introdujo la posibilidad de que en el mes de noviembre del año 1886 se hubiera efectivamente consumado el descuartizamiento de una prostituta en el pueblo francés de Montrouge; crimen que endilgó indistintamente al Descuartizador del Támesis o a Jack the Ripper, pues postuló que ambos pudieron haber sido la misma persona, y que aquel habría devenido el primigenio homicidio perpetrado por el ejecutor. 
Pero hay un escollo: la información en la cual reconoce allí haberse fundado proviene de una fuente poco fiable, a saber: "Las crónicas del crimen" atribuidas al doctor Thomas Dutton, presunto médico forense británico aludido por el escritor Donald McCormick, creador a su vez de "The identity of Jack the Ripper", editorial Jarrolds, Londres, Inglaterra, 1959, reeditada en 1970.
            De hecho, el enteléquico doctor Dutton en sus nunca editadas memorias habría acusado a un "feldcher" (o sea, ayudante de cirujano) de origen ruso o polaco de haber estado residiendo desde 1885 a 1888 en Francia, y constituir el posible responsable de aquel no registrado homicidio. De esta equívoca información se valió Michael Gordon a fin de apuntalar su tesis de que el susodicho debió ser Severin Klosowski alias George Chapman; es decir, el candidato que ese teórico postula para la identidad tanto de Jack the Ripper cuanto de The Killer Thames Torso.
          El problema radica en que en el libro de los ripperólogos Stewart Evans y Keith Skinner del año 2001 "Jack el Destripador. Cartas desde el infierno" (publicado en idioma español por Ediciones Jaguar, Madrid, España, año 2003), tras señalar allí que las únicas pruebas de la existencia de Dutton consisten en unas notas de prensa del año 1935 donde se refería a su fallecimiento, se estima que tales artículos los fraguó intencionalmente el propio Donald McCormick que laboraba para esos periódicos. La conclusión fue que
 aquel escritor habría, lisa y llanamente, inventado al presunto experto Thomas Dutton para así respaldar, mediante falsas evidencias, sus hipótesis acerca de Jack the Ripper (Jack el Destripador. Cartas desde el infierno, página 240). 
Por ende, todo cuanto a ese personaje fabricado se asocia se torna, como resulta obvio, impostado y ficticio .

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