jueves, 27 de febrero de 2020

El Asesino del Torso del Támesis en el mundo de la ficción

DOS NOVELAS SOBRE EL ASESINO DEL TORSO DEL TAMESIS
                                      Sarah Pinborough
                                              Portada de "Murder" o "Los niños de río" en versión en español
                                                   Portada de "Mayhen"  o "El segundo asesino" en español
CRITICA DE "EL SEGUNDO ASESINO"
El segundo asesino" es una novela de ficción histórica ambientada en 1888 donde se recrean los crímenes que conmocionaron al Londres victoriano, y fueron cometidos por el sanguinario Jack el Destripador. Al mismo tiempo, nos muestra la aparición de restos humanos esparcidos por el río Támesis, hasta finalizar con el hallazgo de un torso femenino en el distrito de Whitechapel (el llamado: "Torso de la calle Pinchin").
La autora juega con la realidad y la fantasía para sugerir un culpable y una causa de esos homicidios dando lugar a una obra entretenida, que integra momentos de misterio, terror y sucesos paranormales.
La narración se efectúa a dos voces: en tercera persona y en primera persona a cargo de su protagonista, el doctor en medicina forense Thomas Bond, el cual tiene unas particularidades que le asemejan al celebre y ficticio detective Sherlock Holmes, como son su adicción al opio y sus indudables dotes deductivas. Otros individuos importantes en la trama son Charles Hebbert (compañero de profesión del protagonista), los inspectores de Scotland Yard, Henry Moore y Walter Andrews, y también un enfermo psiquiátrico de nombre Aaron Kominsky quien pone el toque sobrenatural, ya que sus terrores nocturnos y alucinaciones guardan bastante de realidad. El empresario James Harrington y su ex pareja, Elizabeth Jackson, así como Juliana, la hija del médico Hebbert, completan la galería.
Estructurada en cuatro partes y un breve epílogo "El segundo asesino" consigue enganchar con un inicio tenebroso, que se adhiere al lector como una sombra y hace que este comience a devorar sus páginas con ansiedad, en especial cuando aparece el joven Aaron Kominsky con sus habilidades extrasensoriales. Si bien, poco a poco va disminuyendo el protagonismo de este, al tiempo que lo van adquiriendo otros personajes, como Thomas Bond y James Harrington. Este cambio en el timón discursivo me ha defraudado porque le hace perder a la trama ese toque sobrenatural, y también consigue alterar el ritmo del relato al forzar ese cambio en el foco de atención, que alterna con la introducción de titulares de periódicos de la época lo cual, en mi opinión, va en desmedro de la fluidez.
En cuanto al argumento de esta novela, puede decirse que se nos muestra la vida en la Inglaterra victoriana de fines del siglo XIX, donde se ha generado un gran revuelo causado por los terribles crímenes de Jack el Destripador contra míseras prostitutas en el distrito de Whitechapel, este de Londres.
En ese contexto, cuando se descubre un torso en el río Támesis, y el cirujano de la Policía Metropolitana Thomas Bond lo examina, se llegará a la conclusión de que aquel homicidio cruel es obra de otro asesino ("El segundo asesino" que inspira el título en español de este libro). Es entonces cuando el doctor Bond intentará hallar la verdad y desentrañar quién está detrás de tan atroz asesinato, que no será sino el primero dentro de una secuencia de macabros homicidios que se nos relatan en este thriller donde se fusiona la ficción pura con los hechos reales.
"El segundo asesino" constituye la primera entrega de dos novelas (la segunda obra de la autora sobre igual temática traducida al español fue "Los niños del río", Inglaterra, diciembre de 2013) donde Sarah Pinborough juega con hechos reales, y bastante ficción, para crear un argumento interesante, de buen pulso, y con un desenlace sorprendente, al cual se suma una fuerte dosis de rica fantasía. La historia, como ya se señalara, resulta narrada a varias voces de manera muy acertada, y la presentación de los personajes está hecha de manera elegante y correcta. Si bien, como asimismo se ha indicado, el desarrollo argumental posee altibajos, deviene irreprochable el atractivo del tema planteado, y resulta magnífica la descripción del marco donde la novelista sitúa la acción. Cabría destacar, igualmente, lo bien descrita que aquí está la existencia de los habitantes de los barrios bajos en esa Gran Bretaña decimonónica sacudida por los homicidios de Jack el Destripador y por ese segundo asesino, que da título al libro en su publicación en lengua hispana. Las incisivas descripciones de la escritora británica unidas a la lúgubre y oscura ambientación que sabe crear, son dignas de asignarle diez puntos a esta obra. La escritura fluida y cautivante mantiene en tensión al lector en forma sostenida a lo largo de las más de cuatrocientas páginas de su libro, y configura otro de los aspectos más remarcables. Otro punto a favor radica en que el entramado concluye con uno de esos finales que dejan un buen sabor en el paladar. Eso sí, debemos dejar aparte aquí los hechos históricos y dejarnos llevar de lleno al ámbito de la fantasía pura.
El doctor Thomas Bond, primordial protagonista en esta historia, en verdad existió y fue un insigne médico forense que intervino en las autopsias de varias de las mujeres asesinadas por "Jack el Destripador", y también en las víctimas de ese otro gran homicida serial que fue el "Descuartizador del Támesis". Y precisamente el victimario en serie motejado "Descuartizador del Támesis", también conocido como "El Asesino del torso del Támesis" (porque arrojaba los cadáveres de sus presas humanas, cortados en trozos, por las márgenes de aquel río) representa el personaje maligno que asume el rol protagónico del lado de los malvados en esta novela negra victoriana. Y ocurre que el centro de la obra no es otro más que el enfrentamiento del bien contra el mal. El afamado galeno jugará el papel de detective, al advertir la ineficacia de la policía inglesa. Azuzado por sus propios fantasmas y por su pasión por el opio no dudará en confrontar al perverso descuartizador, a pesar de intuir que no se trata en realidad de un hombre, sino de una entidad maléfica que usurpó un cuerpo humano para utilizarlo como vehículo para perpetrar sus atrocidades. Un buen tributo de Sarah Pinborough a aquel notable cirujano de la era victoriana en una novela de acción trepidante, digna de ser leída y disfrutada.

CRITICA DE "LOS NIÑOS DEL RIO".
Aunque en mi opinión este segundo tomo de la autora inglesa que nuevamente tiene por protagonista al destacado médico victoriano Thomas Bond no llega a la altura de su predecesor  "El segundo asesino"( en su versión hispana), de todos modos constituye un obra digna de ser leída por lo entretenida y amena. Estamos de nuevo en el ámbito de la fantasía pura, por más que la trama tenga una vaga una inspiración en hechos históricos. Si logramos no perder de vista esto podremos disfrutar de las andanzas y tribulaciones a las cuales se somete al pobre doctor Bond; principal voz narrativa en este libro. Y es que el galeno continuará con su tenaz enfrentamiento contra la entidad malévola que, en la trama de libro antecesor, creyó que había destruido para siempre. El monstruo acometerá con más virulencia aún, y volverá a usurpar cuerpos y almas de humanos a diestra y siniestra. Sus vencedores de antaño, a saber: el lunático Aaron Kosminski (sospechoso en la realidad de haber sido Jack the Ripper), el misterioso sacerdote manco, y el propio Dr. Bond serán ahora sus víctimas. Pero el noble doctor no desfallecerá ante la bestia y dará pelea hasta forzar un final conmovedor.






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