
FREDERICK
DEEMING
Asesinó a sus dos esposas y a sus cuatro hijos. Según la prensa de la época pudo
haber sido Jack the Ripper.
Dos imágenes del homicida secuencial
El condenado acosado por los
fantasmas de sus víctimas
Un perverso criminal contemporáneo a las matanzas del East End londinense que fue sospechoso para la prensa de su época lo constituyó Frederick Bailey Deeming. Sus facciones no eran para nada agraciadas, y hasta tal punto resultaban inquietantes que una máscara post mórtem de este personaje se guarda al presente en el Museo del Crimen británico, y los conservador de esa institución tradicionalmente han entendido que la referida imagen supone una representación del rostro de Jack el Destripador.
Dos imágenes del homicida secuencial
El condenado acosado por los
fantasmas de sus víctimas
Un perverso criminal contemporáneo a las matanzas del East End londinense que fue sospechoso para la prensa de su época lo constituyó Frederick Bailey Deeming. Sus facciones no eran para nada agraciadas, y hasta tal punto resultaban inquietantes que una máscara post mórtem de este personaje se guarda al presente en el Museo del Crimen británico, y los conservador de esa institución tradicionalmente han entendido que la referida imagen supone una representación del rostro de Jack el Destripador.
Sin embargo, el principal obstáculo para que dicho homicida hubiese sido el célebre desmembrador de Londres estriba en que dificilmente pudiera haber estado físicamente presente en suelo de Gran Bretaña por las fechas en que se concretaron las muertes. En 1888 aquel individuo contaba con cuarenta y seis años. Su prontuario incluye el asesinato de su primera esposa y sus cuatro hijos en el año 1891, y en el siguiente año de 1892 ultimó a su segunda cónyuge, la joven Emily Matters, crimen este último que cometió en Melbourne, Australia.
Esposa víctima: Emily Matters
Esposa víctima: Emily Matters
Cuando el hombre resultó capturado, en un reporte publicado en The Pall Mall Gazette del 8 de abril de 1892, se sustentó que habían arribado a las oficinas de Scotland Yard decenas de cartas donde se lo inculpaba asegurándose haberlo visto merodeando por los lugares de los homicidios de Jack durante el tiempo en que los mismos se consumaron. Esta acusación coincidía con la lúgubre fama que el periodismo autraliano le había fabricado al delincuente, al cual tildaban el "Jack el Destripador de los Mares del Sur".
También se alegó que mientras permanecía en la prisión australiana de la ciudad de Perth, el preso confesó la comisión de los crímenes seriales perpetrados en tierras inglesas.
Había sido capturado en marzo de 1892 por la policía de la ciudad británica de Rainhill, luego de que bajo la losa de la chimenea de una casa que arrendó junto a su flamante nueva cóyuge -una chica llamada Emily Matters- fue descubierto el descompuesto cadáver de la infeliz desposada.
El amor que Frederick Deeming sintió por esta joven lo había inducido a eliminar brutalmente a su primera mujer y sus cuatro hijos en Inglaterra, el año anterior. Lo más posible, empero, es que este sospechoso residiese en suelo de Sudáfrica en las postrimerías del año en que tuvieron cabida los horrores de Whitechapel.
Un detective que lo persiguió labró un reporte afirmando que el sujeto se localizaba en Sudáfrica en 1888, y que allí había pergeñado una sucesión de estafas contra ciudadanos de aquel país.
Esa información, adicionada al hecho de que el matador no verificó sus desmanes a través del mismo modus operandi empleado por el Destripador, así como al hecho de que incursionó en áreas delictivas como el timo y los fraudes -tan radicalmente alejadas del accionar sangriento que se le conoce al Ripper- impone la conclusión de que Frederick Bailey Deeming no fue Jack el Destripador.
Ello por más que una imagen basada en sus rasgos luzca en el Museo Negro de Londres, y se rumoré que la misma representa el rostro del anónimo e infame homicida múltiple victoriano.


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