jueves, 20 de enero de 2011

El marino que fue Jack el Destripador

EL MARINO QUE FUE JACK EL DESTRIPADOR



Retrato Robot de
CARL FERDINAND FEIGENBAUM.
Marino alemán ejecutado en los Estados Unidos, ocho años luego de perpetrados los crimenes de Whitechapel.
PRIMERA PARTE.
LA EJECUCION.
El hombre que años después se convertiría en sospechoso de haber sido Jack el Destripador sintió que un escalofrío le recorría la espina dorsal, cuando tañeron las campanadas de la cárcel de Sing Sing. Su hora final había sonado. Muy prontos los guardianes vendrían a buscarlo para conducirlo al patíbulo. Aunque alemán de nacimiento, y de fe católica, nunca había respetado los mandamientos cristianos ni, mucho menos, observado las palabras de las sagradas escrituras.
Pero aquella alborada, mientras fenecía su última hora sobre la tierra, la había pasado en constricción, recibiendo el auxilio espiritual de dos sacerdotes. Humilde, se había arrodillado y vaciado su alma, desahogándose frente a los servidores del Señor.
¿Qué enormidades les había confesado? Los religiosos ahora tendrían que cargar para siempre con sus terribles confidencias, en acatamiento del secreto de confesión.
¿O, tal vez, ni siquiera ante éstos el reo habría abierto en verdad su alma?
Ya era bastante la culpa conocida por todos con la cual cargaba: el asesinato espantoso de una pobre viuda. Muerte a cuchillo, sin piedad. Ahora la justicia norteamericana que lo había atrapado no tendría conmiseración para con él.
Los guardias ya lo sacaban a rastras de su celda rumbo a la cámara del horror.
Se sentó en la silla eléctrica sin oponer resistencia. Se quitó los lentes entregándoselos a su sacerdote confesor preferido, y le pidió que los guardase para que fuera enterrados junto con él.
El padre Bruder se mantuvo bien cerca suyo mientras lo amarraban con las correas. Los asistentes pudieron ver muy claras las lágrimas en los ojos del siervo de Dios.
El condenado le besó la mano. Luego, esbozando una forzada sonrisa cómplice, hizo un gesto amistoso hacia el verdugo: "Yo también he estado en el lugar en que estás tú ahora", parecía decirle. Y es que, después de todo, también él había sido verdugo de sus semejantes, y sin siquiera concederles un juicio previo justo, ni la menor posibilidad de defensa.
William Sage, el ejecutor pagado por el estado, le agradeció el saludo, y se puso presto a su tarea. Le ajustó los electrodos a la base del cráneo y en la pantorrilla de la pierna derecha. El médico de la prisión, doctor Irvine, se aproximó también. Chequeó de un vistazo la situación, y se dio medio vuelta dirigiéndose a Mr. Davis, el carcelero encargado de aplicar la corriente eléctrica.
Con un ademán adusto le indicó que procediera. El funcionario bajó la manivela, y el primer impacto eléctrico atravesó por el cuerpo del ajusticiado.
La corriente escaló a mil ochocientos veinte voltios. Eran las 11 y 16 de la mañana del lunes 27 de abril de 1896.
Tras treinta segundos, el voltaje descendió hasta los trescientos voltios. El circuito se apagó e, instantes después, volvió a encenderse atizando un segundo relámpago de otros mil ochocientos voltios.
Eran las 11 y 17 minutos. El penado estaba muerto. Calcinado y humeante en las zonas dónde sufrió las descargas. Su rostro azulado delataba a las claras que la vida se le había escapado definitivamente. Pero debía seguirse con el rito fúnebre.
Los forenses Irvine y Gibbs hurgaron bajo la camisa del reo y palparon su pecho examinándolo con sus espectrómetros, tras lo cual, con parcos movimientos de sus cabezas, confirmaron el deceso.
La menguada concurrencia soltó la respiración trabajosamente contenida.
A las 11 y 18 minutos, Carl Ferdinand Feigenbaum, el asesino psicópata, fue declarado clínicamente muerto.

3 comentarios:

  1. hola exelente escritor mejor investigador a mi criterio jack no fue un solo individuo era una organizacion de narcosque usaban a las prostitutas de mulas y por ese motivo las destripaban pensalo la mujer tiene la capasidad de llevar en el bientre un feto dehasta cuatro quilos .....tiene algo de logica para ti muy bien lograda la tapa de LA LEYENDA CONTINUA TE FELICITO

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  2. Anónimo usuario.

    Aunque preferirías te identificases igualmente te agradezco tu amable comentario.
    Supongo que lo haces en vena de broma, pero bienvenido seas, de todos modos, a este modesto blog.
    Me alegra también que te agrade la portada de mi segundo libro sobre el Destripador.

    GABRIEL POMBO

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  3. Si es un poco en broma .pero no dejaria de ser un buen tema para dejar fluir la fantacia de un escritor como usted gracias por la bien venida

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Gracias por comunicarse con Gabriel Pombo.