Blog del autor Gabriel Pombo dedicado a Jack el Destripador, la era victoriana y a otros asesinos en serie
sábado, 28 de abril de 2012
Jack el Destripador: Modus operandi y legado criminal
El asesino atacando a una víctima según una viñeta contemporánea
El criminólogo Robert Ressler también expresó su opinión sobre el modus operandi de Jack the Ripper.
Según el eminente criminólogo Robert Ressler la policía se equivocó al diseñar un perfil para Jack el Destripador y buscar a éste entre individuos de clase alta, cuando el tipo de víctimas y los lugares donde perpetraba sus agresiones señalaban, sin sombra de dudas, que el ejecutor debía pertenecer a la misma zona donde vivían sus asesinadas y ser de clase social baja.
También consideró que el asesino era desorganizado en su modus operandi, pues se trataba de: "...un hombre perturbado, y cada vez más perturbado con cada nueva víctima. La intensificación de la violencia, las amputaciones y el desorden general que reinaba en el lugar de los hechos eran buena prueba de ello..." (Robert Ressler, "Dentro del monstruo", Alba editorial, Barcelona, España, 2003, pp.77 y 78)
Aunque cabe coincidir con Robert Ressler en que predomina en el modo de operar de este delincuente un sesgo desorganizado hay, sin embargo, algunas facetas de sus asesinatos que desconciertan, y determinan que pueda ser catalogado como un victimario serial de tipo mixto, en el cual confluyen rasgos propios del homicida desorganizado junto con rasgos inherentes al organizado.
Resultan aspectos propios de un accionar organizado, la planificación concienzuda y rigurosa de sus ataques. Conocía a la perfección el terreno y sabía dónde se localizaban cada una de las posible vías de escape. Asimismo, era evidente que portaba consigo uno o más cuchillos a la hora de acometer sus tropelías; patrones conductuales, todos ellos, sólo dables en un asesino organizado.
La paradoja consistió en que efectuaba igualmente actos de jaez casi ritual que claramente se asignan al comportamiento de los matadores en cadena desorganizados. El más notorio de estos actos residía en las extensas y salvajes mutilaciones que infería post mórtem a los cadáveres. En los crímenes del Destripador no se aprecia el ingrediente de brutalidad y sadismo previo a ocasionar la muerte a las agredidas.
No se solazaba en provocarles agonía, ni las sometía a un intenso terror. Se cree que las desgraciadas rameras fallecían en forma rápida y "eficaz", merced a un limpio y certero tajo asestado de izquierda a derecha en sus gargantas, con un fuerte y afilado cuchillo que les cercenaba la vena yugular. Tal vez las mujeres habían sido previamente desmayadas, por medio de una enérgica maniobra de estrangulamiento que tenía por objeto hacerles perder la consciencia para facilitar el corte decisivo pero, al mismo tiempo, ese diestro accionar conllevaba el efecto de ahorrarles sufrimiento y pánico.
El criterio más aceptado se inclina por que Jack the Ripper no era un sádico, no se regodeaba infligiendo miedo o dolor a sus presas humanas mientras estas permanecían con vida, sino que su primordial interés radicaba en la extracción de órganos, a fin de conservarlos cual si constituyesen trofeos, o para ingerirlos en el marco de un impío ceremonial místico o caníbal.
Empero, ya fuese que predominara en él la organización o la desorganización criminal, de lo que hay consenso es que se trataba de un conocedor del terreno o coto de caza en el cual operaba. Perpetró sus ataques dentro de un estrecho perímetro equivalente a poco más de una milla cuadrada, en el distrito de Whitechapel y sus aledaños.
Tanto si residía o no en los barrios marginales de Londres, se tornó patente que dominaba perfectamente la configuración de las calles y la localización de los albergues, pensiones y tabernas allí existentes. En particular conocía la manera de evadirse una vez concluido cada avance letal. Estaba al corriente de todos los callejones y las calles que terminaban sin salida, y sabía cómo huir desde un patio a otro.
En definitiva: ¿Era un ultimador serial organizado?, y gracias a tal talento pudo mantenerse impune por siempre. O, por el contrario, ¿Fue un asesino secuencial desorganizado? Y logró el anonimato sólo a causa de su buena suerte, o por ser encarcelado por otros delitos, o por fallecer tiempo más tarde.
En cuanto atañe a la historia conocida, baste con recordar que durante el transcurso del año 1889 se fue bajando el telón del drama protagonizado por el criminal y sus víctimas. Aún cuando nuevas mujeres morirían de forma sospechosa, la policía se negó a creer que sus decesos resultaran obra del mismo victimario del año anterior.
Mucho se ha fustigado a Scotland Yard, pero vale quebrar una lanza a favor de esa señera institución. Nunca buscaron un chivo expiatorio para enjugar su responsabilidad por no haber podido capturar al verdadero homicida. Y eso que los manicomios de aquel entonces rebozaban de candidatos que pudieron sin dificultad haber sido acusados, y pasar por culpables plausibles.
Con el andar del tiempo, otras noticias sensacionalistas ocuparon el puesto dejado por sus crímenes, y la ominosa sombra del Destripador se fue diluyendo paulatinamente. Más no sucedería así con su aciago recuerdo, el cual se instaló dentro del inconsciente colectivo como arquetipo del terror. Un mundo conmocionado y una sociedad británica aterrorizada quedaban como testimonio de la locura sanguinaria de Jack.


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completamente de acuerdo, como ya lo habiamos comentado, el primer ejemplo de patrón mixto... en 1888, siendo que Ressler la define hasta el caso de Dahmer! ¡pero un siglo después!
ResponderEliminarSumamente interesante gabriel, saludos, aprovechando el espacio;¿habrás visto la serie Whitechapel de la BBC? hay una serie de tres capítulos de un ripper moderno que recrea 4 de los asesinatos canónicos y juega con la policia al hacerlo, tiene su punto.
Gracias Halford por seguir mi blog.
ResponderEliminarNo vi la serie "Whitechapel", aunque me fue recomendada, tal como haces tú ahora. Trataré de verla bajándola de internet Muy amable por pasarme el dato.
Abrazo.
Gabriel
hola totalmente de acuerdo creo que mas alla de lo tristemente dramatico los crimenes sirvieron para poner en manifiesto anter la sociedad victoriana la existencia de un sub mundo ,de pobresa y marginacion hasta ese momento ingnorada ,obviamente no tan textual como lo expone el escritor ,pero una realidad que estos hechos llevaron a la corona a poner paños tibios sobre la situacion (como acostumbran a hacer los gobiernos de turno frente a problemas sociales ) em whitechapel se tomaron medidas dando ayuda social y economica a la gente marginal ,quedando asi nuestro asesino el anonimato total , lo cual insisto me lleva a pensar que uno de los mejores sospechosos fue el principe ,por lo tanto la conspiracion masonica es una de mis favoritas . no quiero despedirme sin antes felicitar a nuestro escrito GABRIEL POMBO POR SU PROGRAMA RADIAL ES UN EXELENTE COMUNICADOR , SU FLUIDES PARA LOS TEMAS LEGALES ES TAN BUENA COMO SU NARRATIVA COMO ESCRITOR , REALMENTE SON ATRAPANTES LOS VIERNES ,UN PLACER ESCUCHARLO MERSEDES
ResponderEliminarMuy amable por tus comentarios en este blog, y asimismo por los mensajes de apoyo que envías al programa de Radio Imparcial "Agenda Abierta" los viernes de 12 a 13, en el cual intervengo.
ResponderEliminarCelebro que también la temática que abordo en la radio resulte de tu agrado e interés.
En los siguientes viernes seguiré hablando respecto de la situación carcelaria y penitencial en nuestro país (de la cual comencé a comentar a partir del trágico motín en la cárcel de COMCAR) del marco normativo vigente, o sea del derecho penal de fondo y de las normas del Código del Proceso Penal, así como de los problemas a enfrentar en esta tan difícil situación.
Muchas gracias a tí y a los demás usuarios de este blog, que compruebo se van sumando cada vez más como oyentes de la audición radial.