viernes, 25 de abril de 2014

Jack el Destripador: perfil psicológico


PERFIL PSICOLOGICO DE JACK EL DESTRIPADOR:

EXPOSICION DE GABRIEL POMBO
EN CONGRESO LATINOAMERICANO SOBRE MENTES CRIMINALES



Un momento de la alocución en la Sala Kolping (viernes 11 de abril de 2014)


Gabriel Pombo. A la derecha: Psicóloga Adriana Savio, Coordinadora del congreso


Afiche publicitario del evento


Haremos una presentación -forzosamente muy breve- del asesino serial más emblemático en la historia del delito violento: Jack el Destripador. Dado que me es imposible, en razón del tiempo que me fue asignado para esta exposición, realizar un detalle completo de sus crímenes y del contexto en que operó, apelaré a los conocimientos que de esta figura tengan los oyentes. Me refiero a los conocimientos básicos sobre el mismo que a ustedes les hubiese proporcionado Internet y las películas de cine que (aunque en general están inspiradas en fines comerciales) por lo menos les habrán aportado una cierta idea de quien fue este lúgubre y tétrico personaje.
Sabrán, pues, que se trató de un asesino serial de prostitutas que nunca fue capturado, y que actuó a fines del siglo XIX en Inglaterra; más concretamente en un mísero distrito llamado Whitechapel, situado en el este de Londres.
Este criminal asesinó por lo menos a cinco mujeres. Algunos autores entienden que a más de cinco, pero cinco asesinadas son las llamadas "victimas canónicas" del Destripador.
¿Cómo las mataba?
Lo hacía de la manera más cruel, y también más mediática, posible.
¿Qué cosa más cruel y mediática que encontrar un organismo femenino destrozado?
Y es que, además de degollarlas con un tajo en el cuello de izquierda a derecha -que era su "firma" como asesino, dentro de su modus operandi-, cuando tenía posibilidades, les abría el vientre y les extraía órganos. Uno tiene que suponer que ejercitaba estos actos para llevarse tales órganos a manera de trofeo.
Evidentemente, como se trata de un asesino que no fue capturado, lo único que podemos hacer son especulaciones sobre cuáles eran sus motivaciones. Si lo queremos englobar en uno de los tipos dentro de la categoría de asesinos visionarios, misioneros, hedonistas y lujuriosos, lo haremos corriendo el riesgo de no saber cuál fue la identidad de esta persona. Aún así, con esta prevención previa, si ingresamos a este criminal dentro de dicha categoría de homicidas seriales coincido con algunos autores que entienden que pudo tratarse de un asesino de tipo misionero. Y ello porque, sea quien haya sido Jack el Destripador, estaba imbuido por un propósito. Consideraba que le había sido asignado por Dios, o por una entidad sobrenatural, una misión de saneamiento social que debía cumplir. Por cierto que era una misión totalmente pervertida, alocada e injustificable, pero para él se trataba de una justa misión de saneamiento que lo impelía a tomar venganza contra las prostitutas y, en general, contra aquellas mujeres que él consideraba propagadoras de enfermedades y de vicios sociales.
Este encuadramiento del asesino anónimo Jack el Destripador dentro de los "asesinos misioneros" va con la aclaración y salvedad que les acabo de efectuar.


Este dibujo contemporáneo lo representa como un salvaje vengador.
Actualmente lo calificaríamos un "Asesino Misionero"


Ingresaré ahora en el perfil psícológico de Jack el Destripador, que es el último de los puntos a tocar en esta charla. Para ello diremos que ya en aquella época, en 1888, existían perfiladores; expertos en la elaboración de profiling criminal, aunque no se los llamaba así. Ustedes ya sabrán que los especialistas en profiling, como Robert Ressler o David Canter por ejemplo, son estudiosos que empezaron esta actividad, e hicieron sus obras, a partir de las décadas del setenta y ochenta en el siglo XX. Por ello es lógico pensar que en el anterior siglo no existían perfiladores. Es verdad, no se les llamaba así. No había toda la parafernalia ni los institutos dedicados a esta materia. La criminología como tal estaba -metafóricamente hablando- "en pañales" a fines del siglo XIX, cuando ocurrieron aquellos homicidios. Pero sí habían excelentes médicos forenses. Cabe aquí destacar a un médico forense que actuó en las nepropsias y en las autopsias de algunas de las víctimas de Jack el Destripador. Me estoy refiriendo al doctor Thomas Bond.


Médico forense Thomas Bond


Este profesional fue llamado a colaborar con esas autopsias, y para redactar los correspondientes reportes. Por lo tanto conocía de primeras mano el tipo de mutilaciones y heridas que sufrieron esos cadáveres. A pedido de Scotland Yard se animó a elaborar un informe que es digno del mejor profiling, del mejor perfilamiento actual. Tenemos, entonces, que ya por los años de 1888 a 1890 el Dr. Thomas Bond le entrega un diagrama psicológico a Scotland Yard para ayudarlos en la captura de este criminal el cual, como sabemos, nunca fue aprehendido. Sea exacto o no este estudio, por lo menos fue un gran experto quien lo hizo. Entendía el Dr. Thomas Bond que Jack el Destripador era una persona que pertenecía a la zona de los crímenes, que no era alguien ajeno a la región. El East End de Londres, donde se llevaron a cabo los asesinatos de Jack el Destripador, es una zona muy carenciada; sobre todo lo era en aquella época. Pero eso no quiere decir que todos los pobladores de allí fueran carenciados. Había gente de cierta cultura y medios económicos. Había comerciantes en la zona, por ejemplo. O sea, que no se podría generalizar en cuanto a que el asesino forzosamente fuera pobre. Lo que creía es que el responsable no procedía de clase alta ni aristocrática. No podría provenir de la parte rica de Londres: del llamado "West End"; ni de otros sitios de Inglaterra. ¿Porqué entendía esto? Porque consideraba que el modus operandi de esos homicidios necesariamente llevaban a un criminal que conociera al dedillo y a la perfección toda la geografía de Whitechapel. Y ese conocimiento le permitíó mantenerse impune. Conocía todos los albergues y las callejuelas. También conocía qué calles no tenían salida y cuales sí.


El homicida conocía cada recoveco de Whitechapel.
En la fotografía: callejón donde mató a su segunda víctima


De esa manera pudo evitar la captura, pese a que se había emprendido una cacería policial sin precedentes en Inglaterra. Y no sólo por parte de la Policía Metrolitana sino también por miembros civiles, como el Comité de Vigilancia de Whitechapel que, ante la impotencia de la policía, en forma voluntaria cooperaban para tratar de capturar a este criminal. Ya se entendía, en ese antiguo informe, que aquel hombre necesariamente tenía que ser de la zona. Se consideraba además que no podría tratarse de un pobretón, de un bruto ignorante. Pero tampoco sería una persona con dotes extraordinarias ni posibilidades económicas demasiado elevadas. ¿Porqué? Porque en este estudio se atendía al tipo de víctimas del asesino. Por algo sus víctimas eran prostitutas sumamente carenciadas y pobres.
Una de las preguntas clásicas es: ¿Porqué mataba Jack el Destripador a prostitutas?


Las mujeres aparecían asesinadas en plazas y callejuelas


Quizás la respuesta sea muy sencilla, y no debamos complicarnos tanto. Se trataba, simplemente, del tipo de víctima que le era más fácil obtener. Jack el Destripador no fue un personaje importante, como se pretende en muchas publicaciones mediáticas inspiradas en fines comerciales donde le adjudican, por ejemplo, haber sido el Príncipe Albert Víctor (nieto de la Reina Victoria), o el Dr. William Gull (famoso médico de la Corona británica).
De haber sido así, es claro que sus víctimas hubieran sido otras.
Estos personajes tan encumbrados -aún si fuesen psicópatas asesinos- hubieran matado a otra clase de mujeres. No hubiesen acudido a los sórdidos arrabales de Whitechapel en busca de las meretrices más miserables.

Arriba: Príncipe Albert Víctor: sospechoso mediático


Abajo: Dr. William Gull: Este insigne galeno no fue el Destripador













En fin, evidentemente hay que coincidir con este antiguo informe en que Jack el Destripador tenía que ser de la zona. Pese a vivir allí debía disponer de algunos ingresos monetarios, y debía tener una familia a su cargo.
¿Porqué decimos que probablemente tenía una familia a su cargo?
Esto nos puede llamar poderosamente la atención: ¡El asesino más sanguinario de la historia siendo un buen padre de familia!, un amoroso cuidador de su esposa (recordemos que en aquel tiempo la mujer normalmente no trabajaba, y el proveedor era el hombre).
Por algo muy sencillo también: sus crímenes se verificaban todos en fines de semana y, a veces, en fechas festivas. Sin embargo, las prostitutas salían a ejercer su oficio todos los días. Lo ejercían en las condiciones más miserables, ya sea en callejones -consumando el acto sexual de pie- o en plazas públicas o callejuelas. Y lo hacían todos los días, pues necesitaban sobrevivir. ¿Porqué él no mató nunca entre semana; un lunes o un martes, por ejemplo?
En esto Thomas Bond probablemente también tuviera razón. Esa razón es mucho más sencilla de lo que generalmente se supone. Y es que se trataba de un hombre que tenía un trabajo estable y una familia a la cual atender.
¡Y era un psicópata!. Un psicópata y un asesino en serie. No el más antiguo de la historia, como dice el temario que me fue asignado, sino el más mediático. Y hasta el día de hoy sigue siendo el icono y el emblema de los asesinos seriales.


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