Blog del autor Gabriel Pombo dedicado a Jack el Destripador, la era victoriana y a otros asesinos en serie
sábado, 24 de abril de 2021
El Destripador que también fue el Asesino del Hacha de Austin
James Maybrick, acusado supuestamente por sí mismo, tras hallarse en 1992 un dudoso diario de su autoría donde asumiría su responsabildad por los crímenes de Whitechapel, fue objeto de un segundo libro a cargo de la comentarista de la primera edición de ese diario, la autora Shirley Harrison quien poco después, y al calor del éxito comercial de aquella publicación, escribió un segundo libro en el cual abordó la hipótesis de que James Maybrick ya cometía asesinatos antes de convertirse en el histórico Jack the Ripper.
Dicha obra se tituló: “La conexión americana”.
Aquí se esgrime presunta evidencia de que el ya referido James Maybrich se
habría encontrado físicamente presente en la localidad de Austin,
Estado de Texas de los Estados Unidos de Norteamérica durante las
postrimerías de 1884 y a lo largo del ulterior año de 1885.
La noticia en sí misma muy pobre trascendencia revestiría si no
fuese porque en la citada localidad norteamericana tuvo lugar una
sangrienta retahíla de estremecedores crímenes que la posteridad
designó como “La matanza de Austin”.
La historia nos cuenta que un homicida en serie deambuló por
las calles de Austin al término de 1884 y durante el siguiente año
dejando a su paso un reguero de horribles muertes.
El arma homicida: un hacha.
En su mayoría las víctimas resultaron mujeres jóvenes de raza
negra quienes trabajaban como sirvientas en fincas de los suburbios
de aquella localidad aunque por excepción uno de los muertos lo
constituyó un hombre, novio de una de ellas, el cual se conjetura que
fue ultimado tras intentar salir en defensa de la chica.
La primera víctima fue Mollie Smith asesinada el 30 de diciembre
de 1884, y a esta mujer le acompañaron en fatídico destino Eliza
Shelley el 6 de mayo de 1885, y también ese mismo año las siguientes
personas: Irene Cruz -23 de mayo-, María Ramey -29 de agostoGracie Vance y Washington Orange -27 de setiembre-, Susan
Hancock y Eula Phillips -24 de diciembre-Nunca se supo la identidad del despiadado victimario serial de
Austin, Texas.
Se detuvo a tres sospechosos, pero sólo uno de ellos –William
Sydney– fue llevado a juicio y al cabo del mismo sería exculpado por
ausencia de pruebas.
¿Se trataba de “trabajos” tempraneros de Jack el Destripador?
Aunque publicaciones contemporáneas a aquellos crímenes
sostuvieron que tal extremo en efecto era probable y que el asesino
de Withechapel era idéntico en su accionar al que mató a siete
mujeres y a un hombre en Austin desde finales del año 1884 y
durante 1885, sin embargo, es casi seguro que ello no fue así.
Ni la elección de la clase de víctimas ni el modus operandi
coinciden. No obstante, el aludido libro de Shirley Harrison explora la
eventualidad de que James Maybrick por razones comerciales
hubiese viajado a esa ciudad norteamericana –punto no comprobado,
sino que más bien se arguye como una posibilidad– y mezclando los
negocios con la vesania criminal dedicase su tiempo libre entre una
operación mercantil y otra para perpetrar, hacha en mano, estas crueldades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por comunicarse con Gabriel Pombo.